
¿Cómo me comporto cuando me siento solo?
¿Notas de vez en cuando patrones de comportamiento en ti mismo que podrían indicar soledad?
Observa conscientemente tu propio comportamiento cuando interactúes con otras personas, incluso cuando les prestas asistencia.
A menudo, la soledad no siempre es directamente perceptible para ti. Los sentimientos negativos que otros etiquetarían como soledad pueden ser percibidos por ti más bien como una tristeza o un malestar sin causa. La desconfianza o el rechazo hacia los demás -especialmente (aún) hacia extraños o desconocidos- también pueden estar relacionados con sentimientos subyacentes de soledad.
Observar y reflexionar sobre nuestro propio comportamiento puede hacernos conscientes de la soledad oculta. Tanto en otras personas como en nosotros mismos.

Imagen: 849356 (Pixabay)
Del mismo modo que la soledad puede influir en nuestro comportamiento, afrontar nuestro propio comportamiento también puede desencadenar un cambio en nuestro propio mundo emocional y hacer que la soledad sea manejable.

Pregunta para reflexionar
De este modo, podrás prestar atención a tu comportamiento paso a paso y tal vez reconocer la soledad subyacente:
Imagina un encuentro en el que te acercas a alguien paso a paso.
Si lo deseas, también puedes utilizar un espejo para observarte.

- ¿Cuál es mi postura y mi comportamiento hacia los demás?
- ¿Cómo me acerco a los demás? ¿Saludo a la gente para saludarla? ¿Prefiero dar la mano o me gusta abrazar a los demás?
- ¿Cómo me afecta mi expresión facial? ¿Cómo puede afectar a los demás?
- ¿Cómo hablo con los demás? ¿Tengo algo que decir? ¿Dejo que los demás hablen?
- ¿De qué hablo con los demás? ¿Qué temas trato? ¿Tengo los temas de las conversaciones con los demás?
- ¿Qué me gusta hacer con los demás? ¿Qué intereses o aficiones comparto con otras personas?
- ¿Qué sentimientos puedo percibir en mí mismo cuando pienso en mi comportamiento en los encuentros con los demás?

¿Qué puedo hacer si me siento solo?
¡Ármate de valor! Ten el valor de romper con tu soledad, aunque no siempre sea tan fácil hacerlo de una sola vez.
Cuando se cuida a los demás, es especialmente importante cuidarse uno mismo para poder cuidar bien a los demás.

Conclusión
Reflexiona sobre tu propio comportamiento, reconoce los sentimientos que hay detrás y ¡actúa!
Esta regla general es una guía muy simplificada para pasar rápidamente de la conciencia de la soledad a la acción. Dependiendo de la situación, un paso u otro puede ser más difícil o más fácil, más rápido o más lento.
La mayoría de las personas que hablan de sus experiencias individuales de soledad hacen hincapié en la necesidad de pasar a la acción y volverse activos.
En resumen: Nuestro comportamiento en la interacción con los demás no sólo puede ser un sensor de la soledad oculta, sino también una clave para superarla.
Algunas opciones de comportamiento sencillas -aunque no siempre fáciles- para combatir la soledad:
